La microfotografía normalmente tiene la siguiente descripción:
Reproducción de documentos y otros originales en película de formato muy pequeño, que permite acumular en muy poco espacio una gran cantidad de información.
Se utilizan para ello cámaras especiales que, en general, tienen un aspecto muy parecido a una ampliadora y van montadas sobre una columna firme sujeta por su parte a una base plana sobre la que se coloca el original. Las luces se disponen a ambos lados de la columna central. La exposición suele ser automática y controlada por medio de un obturador de velocidad variable. Un objetivo típico es un 28 mm f4,5.
La película, de grano fino y elevado poder de resolución, se carga en largos rollos de diversas anchuras, por lo general de 16 y 35 mm. Una vez procesada se almacena otra vez en forma de rollo o se monta en una base transparente que constituye lo que se llama una microficha. La lectura se hace con la ayuda de un visor que proyecta la imagen en una pantalla y la amplía aproximadamente al tamaño del documento de partida.
Actualmente casi todas las bibliotecas y archivos tienen grandes visores de este tipo, aunque los hay igualmente plegables, montados ene le interior de un pequeño maletín. Se usan fichas de varios tamaños, de los que el de tarjeta postal (con 60 fotogramas) es el más común. La ficha tiene la ventaja sobre el rollo de ser más manejable, ya que es fácil hacerse una idea de su contenido sin necesidad de visor. Los rollo son muy apropiados para reproducir libros y material impreso, mientras que las fichas suelen reservarse para originales más variados, como obras de arte o fotografías.
Muchos importantes museos han encargado a compañías especializadas la reproducción en microfichas de sus fondos. El formato es tan compacto que caben 10.000 imágenes legibles a simple vista en una cómoda carpeta de 25 x 30 cm. Las microfichas, frecuentemente generadas por un ordenador, se emplean muchísimo en el comercio y la industria para recoger, por ejemplo, lista de clientes o transacciones bancarias.
También puede definirse como microfotografías aquellas que están realizadas a elementos demasiado pequeños para el ojo humano y que se realizan a través de microscopios y lentes adaptadas. Este campo también es basto y está casi inexplorado.
Sin embargo, a mi me gustaría estudiar un campo más reciente: El concepto de una gran cantidad de fotos de pequeño tamaño, que no solo pueden conformar mosaicos, sino que también pueden existir como microgalerías.
Es decir, hasta hace bien poco todos nuestros móviles realizaban microfotografías, y si se selecciona el tamaño adecuado en el dispositivo pueden seguir haciéndolas. Lo maravilloso de este proceso es que en cualquier instante y sin tener que acarrear una cámara de alta calidad se pueden realizar pequeñas fotos de casi cualquier cosa sin despertar sospechas y de forma rápida y natural. Esto origina que se inmortalicen una gran cantidad de escenas que normalmente se perderían pues es muy difícil transportar una cámara a todos sitios, que si se rompe, que si se le acaba la batería, que si se queda sin memoria... Con la microfotografía (normalmente desde micorcámaras o móviles) esto ya no sucede tanto, y no existe ningún impedimento para que las fotografías más asombrosas pasen a formar parte de nuestra galería.
De todas maneras existe un problema, el de la resolución, al ampliar este tipo de fotos la calidad se reduce y la foto pierde su encanto original, aún así este blog está dedicado a las microfotografías, pues aunque de pequeño tamaño, existen muchas de gran belleza y calidad.
También es remarcable el echo de que cada móvil realiza fotografías de forma diferente, aplica filtros distintos o posee características de procesado únicas y muchas veces tienen lentes deformadas o sucias. De esta manera se aporta a las fotografías elementos sorpresa que pueden tener efectos definitivos sobre el resultado final.




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